domingo, 28 de diciembre de 2014

Demasiado lejos (Athan Alternativo)


Todavía siento la necesidad de tenerte a mi lado, pero te veo a través del espejo y sé que pernoctas desde hace años y no despertarás, por convicción. Por eso me voy como espíritu más allá del mundo, olvidándome de tus labios y de tu mausoleo.
Me he cerrado por completo a las posibilidades y he dejado de pensarte como antes. Te fuiste con el viento salado del suicidio, y volviste destruido para enseñarme cómo no volver a amar.
Hoy vuelvo a ser ignorante al querer decir que te amo, pero también puedo ser realista al decir “ya no eres nada para mí.” Siento una punzada aquí bajo mi pecho mientras arranco la molestia de tu recuerdo con ardor y desierta insensibilidad. Desierto de mi alma y tu alma, poco humanas y graves por el rencor, semejantes al lodo, ambas arrogantes para destruirse con sus defectos.
Cuando lo supe, me convertí en polvo y muerte, una sombra difícil de alcanzar en este mundo hecho por Dios. Mientras tu madre me decía que ya estabas muerto, yo suspiraba lentamente, pidiendo que algún día pudiera no volver a recordarte de nuevo. Pero todas las noches veo esa vieja carta tuya y espero a que tus letras desgarradas broten como la sangre de mi sangre.
De ti sólo me quedan palabras de incompletos sucesos, que una vez se completaron con mis sucesos.
Somos un libro sin fin que ha se ha hartado por lo irónico de su consecuente no final. Somos la consecuencia y al mismo tiempo una causa invalida contra las leyes del cielo. Somos este amor que se ha terminado, el grito de auxilio de alguna otra persona que ha llegado a nuestro interminable dolor de ignorantes e insensibles pedantes.
Creía que hacer el amor con alguien más era la salida a todos los errores que cometimos tú y yo en vida. Pero siempre sentí tu ausencia carcomiendo mis afectos, haciendo mis ojos opacos, mi corazón de roca. Por eso me voy bajo la tierra, sepultándome a mí mismo sin cerrar los ojos. Por eso digo que estoy enfermo de tu naturaleza. Hay algo que me cuesta entender: que yo sigo vivo y tú ya estás muerto,
Pero es que no puedo desterrarme de tu mundo sin culparte o culpar a tus huesos. Aunque te llamo muerte, sigo respetándote de la misma forma como en vida te había yo amado.
Y ahora me estoy acabando con rapidez, con la misma destreza con la que crecí y me hice hombre, o la tuya con la que perdiste a tu padre y rechazaste a tu madre y a tus hermanos.
Hemos sido una sola vez, intentó no serlo de nuevo.
Ya jamás volveré a tu casa para pretencioso desnudarte, ni podré besar tus labios ni acariciar tu pecho. Aquí abajo no es lo mismo sentir tu peso relajado suplicándome que vaya lento.
Ya se nos acabaron las líneas de amor en las palmas de nuestras manos. Aspiramos la vía láctea y el papel se quedó vacío. Me cuesta aceptarlo, pero es indudable que las huellas de nuestro deseo fueron transpirados hasta dejarnos a ambos secos. Ya mi ombligo no le dirá a tu ombligo que lo ama, ni mis dedos a tu cabello que les gustas. Tus orejas no se van a sonrojar al decirle a mi lengua “sigue”, ni tus pupilas se dilataran si me encuentras masculino.
Ya no puedo prometerte fidelidad eterna, ni tú un cuidado desinteresado.
Tu cuerpo se descompondrá por los años, y mi encierro me hará criatura y no humano.
Te quedaste impedido para recordarme, y yo perdí las ganas de volver a creer en mí mismo.
Nos hemos perdido tanto y extrañado tanto. Pero de tu entierro a mi encierro muy distantes estamos.

De momento

"A su hermano Blanquet no lo había vuelto a ver desde el accidente en la selva. Todavía soñaba con él, y con la cara de lobo de su padre. A veces, seguían corriendo los tres por la selva, con la respiración agitada, buscando un sendero diferente que desfigurase el rostro de su cruel destino. Pero siempre caía, y veía a su padre seguir la huida sin girarse siquiera una vez, o reparar en su ausencia. Al menos, siempre estaba Blanquet muriendo a su lado, desprovisto de realidad pura, tan sólo un recuerdo, y punto. Yaykobu soportaba las ganas por llorar por esos sueños malditos, o por Blanquet, a quien había traicionado en la huida, dejándolo morir a solas. Simplemente ya no podía hacerlo."

Off days: Los días del abandono
"Son dos hombres que se aman sin el límite de la gravedad: su libertad en los abismos más intensos de la pasión, los llevará, sin duda, a perderse en la levedad de sí mismos. Entonces, un día sin nada que ofrecerse a cambio, para aliviar sus vacíos alguno matará al otro. Porque su sudor y su hambruna de deseo, son pasiones desvalidas..."

Mercurio de las Voces y el Deseo