jueves, 19 de mayo de 2011

Falso esplendor

Magic Grass by Eredel


No he podido ser poeta
Tengo un transtorno de carencia
A veces solamente permanezco aquí,
Mudo y obsoleto con mis ideas
Descompuesto por tantas palabras
A las que les tengo tanto miedo
Es por ello que al salir
Ni siquiera alcanzan a ser marañas
Son recuerdos
Polillas y espìritus de polvo
Al batir las alas
Una a una se suicida aquí en mi pecho

sábado, 14 de mayo de 2011

Fragmentos: el reloj suizo de Dennis

Dennis llegaba a mi consultorio con quince minutos de retraso. Ahora estaba portándose bien el chico, un año atrás, de manera compulsiva, había comenzado las delaciones como un reloj suizo, los retrasos exactos comenzaron de 5, para tornarse a 10, a 15, a 20... Hasta llegar, irremediablemente, a los 45 minutos, cuando su sesión concluía y yo tenía que atender al viejo Gómez. Fue cuando no volvió jamás a terapia, porque indudablemente ese reloj que dictaba sus retrasos, no tenía más minutos para derrochar. Seguramente ahora, ese estúpido reloj había vuelto a tener cuerda, y por eso, con sus ojos cansados e inyectados en sangre, venía a mí, se acomodaba en el diván, y comenzaba a narrarme esas disparatadas historias de cuando fue reclutado por unos chicos que mantenían un prostíbulo al que llamaban el Circo de Judas...

No tenía duda de que se burlaba de mí, solamente de mí, no de mi torpeza y mi amargado sentido del humor. Comprometía sus historias eróticas con un juicio delirante, como si exagerarlas me desarmasen de celos. Lo cierto, es que entre más las adornaba, más quería seguir escuchándolo. Yo cerraba los ojos, y escuchaba su voz promiscua e inestable, y me sumía tanto en aquellas historias, que ni los tonos más bajos que salían de su boca cuando había que revelarme detalles incómodos podían hacerme temblar de rabia, ni incluso los estridentes cuando tenía que presumirme ser el culo más importante de todo el Circo. Yo, sencillamente terminaba inmiscuyendome en el encanto que significaba para mí el tenerlo de nuevo en ese diván, desposeído tras su temporada de libertinaje, y sabía, que era mío, y de nadie más, tan sólo esos cuarenta minutos de terapia, cuando el no dejaba de hablar, y cuando yo, al abrir de nuevo los ojos lo contemplaba en su complejidad de hombre perdido. Y quería poseerlo, doblegarlo como hacía un año, cuando Dennis se tumbaba en el diván y me dejaba acariciarlo bajo la resolana de la tarde, cuando él no tenía mucho que decir, razón por la cual aprovechábamos el tiempo haciéndolo sin ropa alguna en el centro del consultorio... Aquellos días había aprendido a adorar sus silencios para preceder al sexo. Pero ahora, con todo, podía conformarme con escucharlo y remitirme a no hacer absolutamente nada, que no fuera cerrar los ojos e imaginarlo desnudo, sin nada más que su absoluta necesidad de ser mío.


lunes, 2 de mayo de 2011

Del nudo en la garganta

Protector of th forest, by Sakimichan

Mi amor por ti, es una poesía impura
Cuanto más te sueño, este nudo en mi garganta empeora
es una enfermedad crónica, el no tenerte
y ya no puedo seguir fortaleciendo mis sueños por alcanzarte
en este barranco deshidratado por tus vahos etéreos
por tu persona intangible
y todo este mundo que se decanta en los mares imposibles

Y yo no sé
si con tu existencia de mis ilusiones viciadas
me  aferró por loco
o me quedo a oscuras en un mundo desolado
O tan sólo sin ti
O tan sólo sin mí
O tan sólo para siempre solo
soñando despierto




De momento

"A su hermano Blanquet no lo había vuelto a ver desde el accidente en la selva. Todavía soñaba con él, y con la cara de lobo de su padre. A veces, seguían corriendo los tres por la selva, con la respiración agitada, buscando un sendero diferente que desfigurase el rostro de su cruel destino. Pero siempre caía, y veía a su padre seguir la huida sin girarse siquiera una vez, o reparar en su ausencia. Al menos, siempre estaba Blanquet muriendo a su lado, desprovisto de realidad pura, tan sólo un recuerdo, y punto. Yaykobu soportaba las ganas por llorar por esos sueños malditos, o por Blanquet, a quien había traicionado en la huida, dejándolo morir a solas. Simplemente ya no podía hacerlo."

Off days: Los días del abandono
"Son dos hombres que se aman sin el límite de la gravedad: su libertad en los abismos más intensos de la pasión, los llevará, sin duda, a perderse en la levedad de sí mismos. Entonces, un día sin nada que ofrecerse a cambio, para aliviar sus vacíos alguno matará al otro. Porque su sudor y su hambruna de deseo, son pasiones desvalidas..."

Mercurio de las Voces y el Deseo