domingo, 27 de enero de 2013

Destino manifiesto


Es curioso saber que te consideraban una farsa mía, un alter ego, un fantasma esporádico. Si reflexiono, duele porque te hace entender que la gente te ve como alguien incapaz de relacionarse. Pero si además me doy la oportunidad para entender la expresión, me asusto. Tú también llegaste a decir que no eras nadie, que no valías nada. Tú no creías en ti, nunca lo hiciste y por eso desapareciste, de la forma más humana y de la única donde no hay vuelta atrás. En las fotos incluso tu rostro reflejaba ese vacío. Cuando tenías 18 decías que llegarías hasta el final como un triunfador, demostrándole a tus padres lo equivocados que estaban al haberte considerado "el diferente", "el subnormal", "así como no deben ser las personas", según escribiste en esas hojas. Cuando tenías 25 la sombra se había adueñado de ti, te carcomió tu propio miedo a ti mismo. Para algunos te marchaste como un perdedor y para otros, tan sólo te marchaste, sin nada para decir pero mucho para lamentar. Quizá ese era tu objetivo, una venganza. Ésta siempre determinó tu personalidad y la forma en que tratabas a los otros. Decías amarme pero demostrabas lo contrario y también fue muy difícil y desgastante el haberte amado como lo hice. Entre las curiosidades, al poder hablar de esto, al tener el valor para afrontar los hechos, me di cuenta que no me amabas, porque nunca te amaste a ti mismo. Hoy lo supe. Pero no me arrepiento de haberte querido como te quise porque los sentimientos no se rigen por la lógica. Venías de un mundo de locos, nunca lo habría imaginado. Hubo cosas buenas. Hubo. Qué bueno que podamos platicar de esto, tú como ceniza y yo como lodo. Es curioso saber que te consideraban una farsa porque el mundo, de alguna forma es una invención más de nuestros sueños. Al menos, sí aplico esa regla, me quedo tranquilo al saber que cada que te necesite podré crearte un corazón y preguntarle por qué te fuiste. En ese mundo siempre me darás una respuesta distinta pero irónicamente todas dirán lo mismo: "para demostrar que soy dueño de mi destino".




De momento

"A su hermano Blanquet no lo había vuelto a ver desde el accidente en la selva. Todavía soñaba con él, y con la cara de lobo de su padre. A veces, seguían corriendo los tres por la selva, con la respiración agitada, buscando un sendero diferente que desfigurase el rostro de su cruel destino. Pero siempre caía, y veía a su padre seguir la huida sin girarse siquiera una vez, o reparar en su ausencia. Al menos, siempre estaba Blanquet muriendo a su lado, desprovisto de realidad pura, tan sólo un recuerdo, y punto. Yaykobu soportaba las ganas por llorar por esos sueños malditos, o por Blanquet, a quien había traicionado en la huida, dejándolo morir a solas. Simplemente ya no podía hacerlo."

Off days: Los días del abandono
"Son dos hombres que se aman sin el límite de la gravedad: su libertad en los abismos más intensos de la pasión, los llevará, sin duda, a perderse en la levedad de sí mismos. Entonces, un día sin nada que ofrecerse a cambio, para aliviar sus vacíos alguno matará al otro. Porque su sudor y su hambruna de deseo, son pasiones desvalidas..."

Mercurio de las Voces y el Deseo